sábado, 10 de octubre de 2009

Atención sádicos!!! Esto si son torturas! (I parte)

La rueda para despedazar

En la rueda, se ataba desnudo el acusado de pies manos y cuello, el verdugo la hacia girar, iba rompiendo lentamente cada hueso y aparte este utilizaba mas su imanación y complementaba esta tortura con hierros candentes, cortes y por si el acusado seguía con vida, la rueda se colocaba a la intemperie para que los animales carroñeros se lo fueran comiendo poco a poco.

___________________________________

La jaula colgante
La mayoría de los ocupantes eran enjaulados completamente desnudos para exponerlos al frío extremo o al calor extremo del clima. Y... la mayoría de los prisioneros enjaulados eran usualmente colocados ahí solo después de haber sido sometido a otros tipos de torturas físicas extremas. Pero espere, ¡aún hay más! Las víctimas eran dejadas en la jaula hasta que morían por el clima o de sed, lo que podía tomar semanas.

__________________________________________________



EL potro
El potro, es un instrumento de tortura en el que la víctima, atada de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de este aparato, era estirada lentamente produciéndole la luxación de todas las articulaciones -muñecas, tobillos, codos, rodillas, hombros y caderas-. Este método, se tiene constancia que se aplicó durante todo el período que duró la Inquisición en los países de Francia y Alemania; si bien ya se conocía desde mucho antes y por supuesto se utilizaba frecuentemente en las lúgubres mazmorras de castillos, prisiones y palacios de justicia.
__________________________________________

El Garrote

El garrote consiste en un aro de hierro, con el que se sujeta contra un poste fijo, la garganta de la persona que se va a ejecutar; oprimiéndola por medio de un tornillo de paso muy largo hasta conseguir la estrangulación. También el tornillo penetraba en la parte trasera del cuello rompiendo las vértebras y por tanto, la espina dorsal. La muerte podía sobrevenir por dos medios, asfixia o por el quebranto de la columna vertebral de la víctima. En cualquier caso, el sufrimiento estaba garantizado.
__________________________________________________________________

Látigo de cadena

No se necesitan comentarios para estos artilugios, que parece más armas de guerra que instrumentos de tortura; sin embargo, látigos más o menos similares pero en gran variedad - con 2, 3 y hasta 8 cadenas, provistas de muchas "estrellas", o bien hojas de acero cortantes - se usaban, y en cierta medida aún se usan, para flagelar el cuerpo humano.
___________________________________________________________
Látigo


Estos cordeles, en apariencia inofensivos, tenían una finalidad bien precisa: desollar. Eran empapados en una solución de sal y azufre disueltos en agua de manera que, debido a las características de la fibra de cáñamo y a los efectos de la sal y el azufre - por no hablar de las más de cien "estrellas" de hierro, afiladísimas, una al final de cada cuerda -la carne lentamente se reduce a pulpa hasta que sobresalen los pulmones, los riñones, el hígado y los intestinos. Durante este procedimiento la zona afectada se va remojando con la misma solución pero calentada hasta su ebullición.

La familia de los látigos es vasta. Sus miembros varían de tamaño desde gigantes como "el gato de nueve colas" y el Knut de los boyardos rusos, que podía lisiar un brazo y un hombro de un sólo golpe, hasta los más finos e insidiosos como el famoso nervio de toro, que con dos o tres golpes podía cortar la carne de las nalgas hasta llegar a la pelvis, y finalmente al de hilo trenzado aquí presente.
___________________________________________________________

La Dama de Hierro

La Doncella de Hierro (o Iron Maiden) es uno de los tantos instrumentos de tortura usados hace unos siglos, creada casi completamente con hierro este ataud es una obra de arte en lo que a tortura de refiere. El objetivo último de este artilugio en general era empalar a la víctima e infligirle un gran dolor y, a su vez, mantenerlo vivo el mayor tiempo posible.

Tenia dos puertas de hierro suficientemente gruesas como para no escuchar el dolor de la victima, ambas puertas tenian aberturas independientes (con lo cual se podia comprobar el estado de la victima sin problemas de escapes), con clavos punzantes y dispuestos especificamente para no agujerear ningun organo vital, manteniendo vivo y erguido a la victima, en un espacio tremendamente pequeño.

Su funcionamiento es sorprendentemente macabro, al cerrase las puertas los clavos perforan piernas, brazos, pecho y hasta los ojos de la victima… causandole un gran dolor y dejandolo vivo por dias desangrándose.


(Imágenes de la exposición "Antiguos instrumentos de tortura" en Toledo)
Y nos quejamos por unos fustazos... Ainsss
Continuará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué terrible! El ser humano es muy asesino