sábado, 11 de abril de 2009

La Mayor de las entregas


Golpeo.
Vuelvo a lanzar el latigazo hiriente.
Ese que hoy no da nada.
Acaso ¡si¡ acaso solo de un mensaje
De dolor sin sentimientos.
Hoy llegaste, me miraste a los ojos y
casi lloraste.
No, no por ti, acaso por mí.
Hoy me viste acompañado de la tristeza
Mejor vestida.
Esa que como segunda piel hiere tus pupilas.
En silencio te desnudas, callas y esperas
y ante mí sin saber, ante brazos caídos me arropas con los tuyos.
Es tal tu cariño sin palabras, que haces aun más pesado mi silencio.
Asiéndome de la mano me conduces a la mazmorra oscura.
Enciendes las luces.
No quieres más oscuridad que la de mi alma.
Te adoro.
Pues solo tú lees en la oscuridad de mis silencios.
Te adoro.
Mientras tú descuelgas mi látigo preferido
He hincándote de rodillas me lo ofreces, mientras asoma una sonrisa arropadora en tus labios.
Te adoro.
Cuando tu espalda bien recta se aplasta contra la cruz dándome tu cuerpo entregada.
¿Entregada?
No, acaso poderosa.
Acaso sacándome a cada latigazo esa pena sin nombre que hoy me come.
Te adoro.
Poesía de AmoBitelchus.

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